Lenguaje en loros: el ejemplo de Alex
Alex (1976-2007) fue un loro gris entrenado y estudiado por Irene Pepperberg durante 30 años.
De siempre se ha sabido que los loros son capaces de imitar las palabras que un ser humano produce, pero Irene demostró que Alex podía no sólo producir los sonidos sino que era capaz de entender lo que estaba diciendo.
Llegó a entender y utilizar alrededor de 150 palabras en inglés, a entender conceptos como número, tamaño, color y a hacer razonamiento lógico.
Además tenía una relación emocional con Irene, a la cual extrañaba cuando salía de viaje y celaba cuando ella le ponía atención a otros loros o a personas.
Alex inclusive tenía sentido del humor.
Lenguaje de los monos vervet
El lenguaje animal más sofisticado que se ha estudiado es el de los monos vervet que habitan África del Este.
Son del tamaño de un gato, viven en la sabana o el bosque y se ubican tanto en los árboles como sobre el suelo.
Alrededor de tres cuartas partes de las muertes de vervet son causadas por sus depredadores. Si uno es un mono vervet, es indispensable saber la diferencia entre un águila, que es el mayor asesino de vervets, y un buitre, que planea en el aire de manera similar pero come carroña, por lo que no representa amenaza alguna para los vervet.
Es vital actuar adecuadamente cuando aparece el águila y es indispensable avisarles a los parientes. Si uno falla al identificar al águila, muere, y si uno no le avisa a los parientes, ellos mueren, llevándose nuestros genes.
Si uno lanza una llamada de alarma cuando aparece un buitre, está uno gastando energía inútilmente en medidas defensivas mientras los demás miembros de la colonia están comiendo pacíficamente.
Como viven en grupos y compiten entre grupos por los recursos, también deben saber quién es quién. Deben reconocer monos intrusos que vienen de otro grupo, monos con los que no tienen parentesco y pueden robarles comida, o monos que son parientes y pueden confiar en ellos.
A partir de los 60´s se les empezó a observar sistemáticamente y se descubrió que lanzan llamadas de alerta distintas entre ellas cuando identifican águilas, leopardos y serpientes. Hay evidencias que el grupo reacciona de manera diferente ante cada una de las llamadas. Si se trata de leopardo, todos suben a los árboles. Si se trata de águila, todos voltean al cielo.
Responden de manera diferente a los miembros dominantes que a los miembros subordinados del grupo. Y responden de manera diferente cuando esos individuos provienen de otro grupo. Aun más, responden distinto a las llamadas de sus mamás, de sus abuelas, de sus hermanos o de los demás miembros del grupo.
Cuando un menor grita, la madre responde a su llamado, pero la reacción de los demás miembros del grupo es diferente. Todos voltean a ver a la madre como esperando que reaccione.
Los experimentos que Robert Seyfarth y Dorothy Cheney han hecho con los vervet han inclusive demostrado que si reproducen en una grabadora los sonidos que ellos emiten, es posible replicar su comportamiento.
Lenguaje en bonobos: el ejemplo de Kanzi
Kanzi, nacido en 1980, es un bonobo (Pan paniscus) entrenado y estudiado por Sue Savage-Rumbaugh que se comunica con un teclado y lexigramas.
Además, sabe usar y hacer herramientas y tiene estrategias para ganar en videojuegos.
Kanzi vive actualmente en un santuario de simios en el estado de Iowa.
Lenguaje en gorilas: el ejemplo de Koko
Koko era una gorila nacida en 1971 en el zoológico de San Francisco (murió en 2018), que fue entrenada para comunicarse con más de 1,000 palabras en ASL (lenguaje americano de señas para sordomudos) y entender más de 2,000 palabras en inglés hablado.
Las pruebas psicológicas que se le aplicaron mostraban que tenía el nivel mental de un niño de 6 años.
Koko tenía sentido de sí mismo, ya que pasaba la prueba de reconocerse en un espejo cuando le pintaban clandestinamente una mancha en la frente.
Cuando se le aplicaban pruebas de inteligencia para niños obtenía resultados de entre 70 y 95%.
Lenguaje en chimpancés: el ejemplo de Washoe
Next of Kin (Primos Hermanos) es la biografía de Roger Fouts, donde narra su vida dedicada a enseñarle a Washoe, una chimpancé que nació en África en 1965, a comunicarse con los humanos utilizando lenguaje de señas para sordos, el llamado ASL (American Sign Language).
Los chimpancés, y todos los simios en general, no pueden comunicarse con lenguaje hablado como nosotros pues la anatomía de su garganta y laringe no les permite producir la variedad de sonidos que nosotros producimos.
Ello no quiere decir que no sean capaces de tener un lenguaje de señas o un lenguaje corporal.
Washoe aprendió alrededor de 350 palabras distintas con las que se comunicaba con los humanos con los que convivía. Además, también le enseñó a su hijo adoptivo Loulis a comunicarse con ella, con otros chimpancés y con los humanos.
La conclusión de Fouts, después de muchos años de investigación, es que el lenguaje estuvo firmemente enraizado en la anatomía, cognición y conducta neuromuscular desde nuestros ancestros simios comunes.
Sin esa continuidad evolutiva es imposible explicar por qué los chimpancés modernos son capaces de manipular signos linguísticos.