"La evolución es falsa pues no se rige por leyes fundamentales como lo hacen la física o la química"

Los críticos de la evolución argumentan que no se trata de una ciencia madura pues no tiene leyes matemáticas que describan con exactitud cómo ésta procede, a la manera como se caracterizan los procesos físicos o químicos.

Por supuesto que no existen las leyes fundamentales de la evolución pues ésta está sujeta a eventos aleatorios, como las mutaciones, y a fenómenos caóticos, como el cambio climático.

Pero esto no quiere decir que lo que la evolución describe sea falso.

Los eventos aleatorios son aquellos cuyo resultado se sucede con cierta probabilidad y es imposible de conocer de manera a priori. Un ejemplo clásico de un evento aleatorio es lanzar una moneda al aire. No existe ninguna ley que prediga cuál será el resultado de lanzar 1, 10 o 100 monedas al aire. De la misma manera, no hay una ley que diga cuál mutación se va a suceder en el genoma de una célula cuando ésta se convierta en dos a través del proceso de mitosis. Lo único que podemos decir acerca de estos eventos aleatorios es, en promedio, cuántas caras o cruces vamos a obtener después de 100 lanzamientos, o cuántas mutaciones vamos a encontrar, en promedio, después de n número de generaciones.

Los fenómenos caóticos son aquellos que son sumamente sensibles a las variaciones en las condiciones iniciales. El ejemplo más común es el clima. Todos sabemos que es posible conocer el pronóstico del tiempo para los próximos días, pero nadie se atreve a pronosticar el tiempo para el próximo año. Esto se debe a que una pequeña diferencia en las variables de entrada produce diferencias gigantes y resultados hasta contradictorios en el pronóstico a largo plazo. Otros ejemplos de fenómenos caóticos son el crecimiento de las poblaciones, el movimiento de varios planetas alrededor de una estrella (lo que se conoce como el problema de los n cuerpos) y la manera como se disparan las neuronas en nuestro cerebro.

En resumen, tanto los eventos aleatorios como los fenómenos caóticos son impredecibles.

Aun cuando en muchos sentidos la evolución es tan determinista como lo es la física, nunca va a ser posible establecer leyes generales que predigan lo que va a suceder con los genes de los elefantes africanos o de los robles americanos, pues su futuro depende tanto de las mutaciones que sufran como de su adaptación al medio ambiente cambiante.

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