Benoit de Maillet (1656-1738)
Maillet nació en Francia y creció escuchando a su abuelo contar cómo, durante su vida, se había dado cuenta, a simple vista, de la variación del nivel del mar. Con seguridad, éstas y otras observaciones influyeron en Maillet, y ya de adulto, aun cuando trabajó como diplomático francés en Egipto, siguió su pasión por la historia natural y se dedicó a observar la geología de la Tierra, convenciéndose de que la historia era mucho más antigua de lo contado por las religiones.
Maillet desarrolló una teoría de la evolución un tanto ingenua, la cual no se atrevió a publicar bajo su propio nombre y se la adjudicó a un filósofo de la India de nombre Telliam “Maillet escrito al revés”. La teoría decía que la Tierra tenía 2,000 millones de años y en su origen había estado cubierta de agua, la cual bajaba de nivel un metro cada mil años e iba dejando al descubierto las montañas. Cuando las montañas se secaban, aparecían las plantas y los pastos. El aire en ese entonces debía ser muy húmedo y por esa razón los peces voladores soportaban estar fuera del agua. Esos peces después utilizaban sus aletas para moverse en tierra firme. Las aletas se convertían en patas y de esos peces con patas aparecían los demás animales. El ser humano surgía hacía 500 mil años. No daba más detalles.
La reacción general ante su teoría fue terrible. Lo acusaron de poner sus ideas paganas en boca de un indio. Inclusive Voltaire llegó a comentar que no apoyaba esa idea que se había extendido con amplitud. Esto nos hace suponer que lo propuesto por Maillet ya estaba en la mente de muchos.
Maillet dedicó la primera edición del libro adjudicado a Telliam, a Cyrano de Bergerac y sus viajes al Sol y la Luna.