Gregor Mendel (1822-1884)
Monje agustino nacido en Austria, Mendel descubrió las leyes de la herencia, experimentando con plantas de chícharo. Entre 1857 y 1864 clasificó 28 mil plantas, 40 mil flores y casi 400 mil semillas. Sin conocer la existencia de los genes, descubrió, desde entonces, que los rasgos recesivos se heredaban y podían reaparecer en generaciones posteriores. Este descubrimiento vino a complementar la teoría de Darwin.
Descubrió también que los rasgos se heredan por pares, uno del padre y otro de la madre y es en el momento en que el individuo se reproduce, cuando el azar decide cuál rasgo pasará a la siguiente generación, si el heredado del padre o el heredado de la madre.
En una ocasión, Mendel le escribió a Darwin para compartir con él su descubrimiento, pero Darwin recibió la carta y la guardó cerrada en un cajón. Ésta fue encontrada hasta después de su muerte. Resulta inevitable preguntarse qué habría pensado Darwin si hubiera leído esa carta de Mendel, quien había logrado demostrar con experimentos, lo que él supuso debía suceder.
No fue sino hasta el descubrimiento de los genes y el ADN cuando la genialidad del trabajo de Mendel recibió el mérito que merecía. Él había publicado sus hallazgos en una revista desconocida de la Sociedad de Ciencias Naturales de Brno, ahora República Checa, en 1865, publicación ignorada por la comunidad científica y citada solo en 4 ocasiones entre 1866 y 1900.
Gregor Mendel está enterrado en el cementerio de Brno. El requiem en su honor lo dirigió Leoš Janá ek, quién después se convertiría en el muy famoso compositor checo.