Ardipithecus ramidus
Se trata de un ejemplar de hace 4.4 ma que está ya muy cerca del ancestro común entre Homo y chimpancés, el cual debió de haber vivido hace alrededor de 6-7 ma. A. ramidus fue encontrado en 1992 por el equipo de Tim White en Etiopía.
Hay evidencia de que vivía en una zona boscosa pues los restos de 17 individuos yacían en ceniza volcánica fosilizada junto con una enorme colección de animales y plantas que crecen y viven en bosques de árboles.
Se encontraron, además de miles de semillas de canthium, que es una planta muy común en África, gran cantidad de primates, en su mayoría babuinos y colobos. También había algunos antílopes llamados kudu, un hipopótamo enano extinto (Hexaprotodon), cerdos, un caballo extinto (Hipparion), un rinoceronte blanco (Ceratotherium praecox), jirafas, elefantes, un anancus que es un género extinto de mamífero proboscídeo, unos dinoterios extintos, ardillas, topos y ratas.
En adición a todo esto había murciélagos, aves, tortugas y cocodrilos. Seguramente muchos de estos animales eran el alimentos de A. ramidus y algunos otros debieron ser sus enemigos mortales. La fauna con la que A. ramidus convivía era fabulosa.
A. ramidus tiene precisamente la combinación de rasgos que los paleontólogos esperan de un ejemplar de hace 4.4. ma. Es más parecido a un simio que A. afarensis (Lucy), menos parecido a un simio que un chimpancé, pero tiene rasgos de ambos. Sus colmillos, aunque grandes para estándares humanos, son más pequeños que los de los simios. Están gastados lo que sugiere que se usaban para comer y no para amenazar. La anatomía sugiere que A. ramidus era bípedo, pues el foramen magnum en su cráneo (el hueco por donde sale la espina dorsal) está ubicado más hacia el frente que en los simios. Esto le debía permitir caminar erguido.