Selección natural

La selección natural es uno de los mecanismos básicos en la evolución. Debido a la selección natural, dentro de una población con diversidad genética hereditaria, serán los individuos mejor adaptados a su medio los más exitosos al momento de reproducirse, dejando mayor descendencia que el resto.

Aquellos individuos peor adaptados dejarán menos descendencia o inclusive morirán antes de reproducirse, desaparecerán con el tiempo y sus características no serán heredadas por ningún otro. La población se seleccionará de manera natural.

Pongamos el ejemplo hipotético de una población de pájaros con picos de tamaño variable, alimentándose de semillas también de tamaño variable. Aquéllos con pico pequeño comen semillas pequeñas y producen crías con picos pequeños. Los de pico más grande se pueden alimentar tanto de semillas pequeñas como de semillas grandes y sus crías tienen picos más grandes.

Supongamos que durante varios años hay una sequía provocando que las semillas pequeñas desaparezcan y solo sea posible encontrar semillas grandes. Los pájaros de picos grandes, que se pueden alimentar de semillas grandes, serán los sobrevivientes y se reproducirán. Los otros morirán sin reproducirse.

Los descendientes de esta población serán, todos, pájaros con picos grandes. La población se habrá seleccionado de manera natural.

Selección natural

Ejemplo hipotético de una población donde las aves de pico grande tienen ventaja reproductiva sobre las aves de pico pequeño, debido a que ese tamaño de pico les permite alimentarse de las semillas más abundantes.


La selección natural es una fuerza sumamente poderosa

Con objeto de entender el poder de la selección natural, definamos coeficiente de selección a la manera como se definen las tasas de interés en un banco.

Sabemos que una tasa de interés del 1% anual aplicada a un capital de $100 hará que tengamos $101 al final de un año.

Vamos ahora a suponer que tenemos una población de 100 individuos tales que si tienen cierto rasgo producen 101 descendientes. Si no tienen ese rasgo únicamente producen 100 descendientes.

Diremos que el rasgo tiene un coeficiente de selección del 1% o 0.01. Se trata de un rasgo con coeficiente de selección positivo.

Si existiera una desventaja al tener algún otro rasgo, por ejemplo, que nazcan únicamente 99 descendientes en vez de 100, se dice que el coeficiente de selección es negativo, que es de -0.01.

Ahora veamos con ejemplos el poder de la selección natural. La primera imagen muestra una población que en la primera generación tiene 100 individuos con rasgo A y 100 individuos con rasgo B. Los individuos con rasgo A son el 50% de la población y los individuos con rasgo B son el otro 50% de la población. Los dos rasgos tienen el mismo coeficiente de selección: 0.1. Por esa razón a la segunda generación hay 110 individuos de cada rasgo, en la tercera 121 de cada rasgo, etc. Si los dos rasgos tienen el mismo coeficiente de selección, la proporción de individuos con cada rasgo no cambia con el tiempo, aun cuando aumenta la población.

La segunda imagen muestra las mismas dos poblaciones con 100 individuos pero ahora el rasgo A tiene un coeficiente de selección de 0.1 y B tiene coeficiente de selección de 0. En 24 generaciones, los individuos con rasgo A son el 90% de la población.

Supongamos ahora una población de 1000 individuos, donde únicamente 8 de ellos tienen un rasgo A con coeficiente de selección de 0.01. En 700 generaciones, el 90% de la población tendrá ese rasgo. Esto se puede ver en la tercera imagen.

Si el coeficiente de selección aumenta a 0.1, se necesitan sólo 75 generaciones para que el 90% de la población tenga ese rasgo, como se muestra en la cuarta imagen.

Estos ejemplos muestran cómo una pequeña diferencia en ventaja reproductiva puede en pocas generaciones cambiar la composición de una población. Es decir, cómo una población puede evolucionar.


A la selección natural le bastan pequeñas ventajas selectivas

La selección natural no necesita grandes ventajas para funcionar. Dada la inmensidad de tiempo con la que cuenta, le basta con pequeñas ventajas.

Imaginemos unos ratones que están sujetos a una presión selectiva que trabaja sobre el aumento de tamaño. Por ejemplo, que aquellos que son 1% más grandes tienen 1% más críos.

Con un poco de matemáticas se muestra que los descendientes de estos ratones llegarían a tener el tamaño de un elefante en algunas miles de generaciones. Como los ratones viven alrededor de un año, esto tomaría solo unos cuantos milenios: un abrir y cerrar de ojos para la evolución.

Si tienes algún comentario, háznoslo saber y con mucho gusto lo tomamos en cuenta.