Funcionamiento

En términos cotidianos, evolución se reduce a los cambios en los rasgos hereditarios de las poblaciones a lo largo del tiempo. En realidad, la idea es muy simple. La vida en la Tierra evolucionó paso a paso a partir de un ancestro común que vivió hace más de 3,900 millones de años.

Conforme corrió el tiempo, esa especie fue sufriendo cambios genéticos, heredándoselos a sus descendientes y ramificándose en nuevas y diversas especies. Después de muchas generaciones, una especie puede evolucionar en algo muy diferente de la especie original. Con suficiente tiempo, este hecho tiene consecuencias de largo alcance por tratarse de un proceso acumulativo.

Uno de los principales mecanismos responsables del cambio evolutivo es la selección natural, aunque no es el único. Este mecanismo consiste en que en una población dada, siempre habrá individuos mejor adaptados al medio en el que viven, dejando más descendencia que otros.

Se dice que los individuos se van a seleccionar de manera natural. Los que sobreviven no lo hacen al azar, lo hacen porque tienen ciertos rasgos que les ofrecen ventaja reproductiva. Pero no nos adelantemos, examinemos en detalle cada uno de los procesos que intervienen en la evolución.